Se golpeaba los tapones contra el poste derecho. Se los golpeaba, después, contra el palo izquierdo. Y se estiraba hacia la hazaña. Esa que alcanzó con ambas manos por primera vez en el mítico Morumbí, ante Palmeiras, en la final de la Libertadores de 2000. La misma que atrapó un año más tarde frente a Cruz Azul, en la Bombonera, para darle la doble corona continental a Boca. Tres penales atajados (otros en la semifinal de 2001). Dos títulos de América. Un ídolo. El arquero de la selección de Colombia llegó sin ruido, en 1997, recomendado por Hugo Gatti. Veira lo designó titular, pero el cupo de extranjeros hizo que no tuviera continuidad hasta el primer torneo de Bianchi. Elástico, sobrio, rápido de reflejos y hábil para jugar con los pies, Córdoba ocupaba un lugar que no estaba bien cubierto desde la partida de Navarro Montoya. “Boca en lo que más me marcó en mi carrera”, dijo después de partir hacia Italia, tras cuatro temporadas en que dejó su huella.
– 162 encuentros (recibió 162 goles) disputó entre 1997 y 2001, 118 por torneos locales y 44 internacionales.
– 15 penales atajados, 5 durante los partidos, 5 en definiciones en Libertadores y 5 en torneos de verano.
– 5 títulos conquistó: Apertura 98, Clausura 99,. Libertadores, Apertura e Intercontinental 2000.