Entrenamiento de arqueros en la temprana edad en niveles competitivos

El presente artículo pretende explicar y ordenar los numerosos conceptos técnicos, tácticos, psicológicos y físicos con los que contamos los entrenadores de arqueros; sin intentar bajo ningún punto de vista exponer lo siguiente como la única manera de formar un arquero en la etapa infantil, sino proponer una forma más, que consiste en  ofrecer parámetros y conceptos sistematizados que tendrán que ver con la formación integral del niño para ocupar el puesto de arquero.

El motivo principal por el que me decido a exponer esta breve reseña, es que muchas veces los entrenadores contamos con un sinfín de actividades y trabajos, pero no sabemos cómo ordenarlos, cuando aplicarlos, porque lo hacemos o para que edades son convenientes. Es por eso que intentaré brindar algunas herramientas para que los entrenadores tengamos en cuenta las características de cada edad; no explicaré una guía de ejercicios, sino los aspectos a tener en cuenta en cada etapa de desarrollo y los aspectos que creo convenientes trabajar en cada una de estas.

Es importante entonces, no proponer actividades por el solo hecho de completar un día de trabajo, sino encontrar los ejercicios más adecuados para que nuestros pequeños arqueros progresen.

Antes que nada hay que tener en cuenta un precepto fundamental y universal, el arquero infantil no es un arquero profesional  más pequeño, es un niño.

Es por eso que la educación física, nos enseña los distintos estadíos que atraviesa el niño hasta llegar a la adolescencia y posteriormente a la adultez.

Para ubicarnos en tiempo y espacio, supondremos que tenemos a nuestro cargo las categorías infantiles y pre infantiles de un club.

Deberemos tener en cuenta algunas consideraciones generales antes de planificar los entrenamientos:

– Antes de enseñar cualquier técnica propia del arquero, debemos  centrarnos en la estimulación del esquema corporal y de las habilidades motoras básicas, ya que resulta fundamental que el niño controle su propio cuerpo y tenga una buena ubicación temporo-espacial.

– Debemos seguir el principio de secuenciación, trabajando siempre desde lo más fácil a lo más complejo.

– El juego es una buena herramienta didáctica, que nos permite involucrar la técnica, la inteligencia y la toma de decisiones en un solo trabajo, en forma entretenida. Sin embargo, muchas veces la actividad lúdica lleva a la dispersión y a resolver situaciones sin el empleo de las técnicas específicas. Por eso, es importante saber cuándo utilizar ejercicios de este tipo.

– Si bien la idea es que el niño se divierta, debe saber también que a nivel competitivo hay que seguir distintas pautas que hacen al aprendizaje. Si están entrenando están formando parte de una clase, por lo tanto, es fundamental que haya orden y cierta disciplina.

– Se debe obligar todo el tiempo el empleo de la técnica; para llegar a una correcta automatización hay que repetir los gestos una y mil veces del modo adecuado.

– Como lo mencionamos anteriormente, no son arqueros profesionales más pequeños, son niños. Por eso hay que evitar ejercicios complejos, o intentar adaptar a ellos trabajos que se utilizan para arqueros más grandes.

– Priorizar la calidad a la cantidad, es preferible 50 gestos correctos, a mil incorrectos.

– La satisfacción del niño es fundamental para su aprendizaje. Si siente que nunca llega a una pelota, o que los gestos técnicos no los puede incorporar, debemos bajar la exigencia, ya que para estimular su motivación es de vital importancia que él sienta que puede lograr lo que le pedimos.

– Evitar ejercicios en los que está mucho tiempo parado sin actividad, ya que los niños se distraen fácilmente.

– Proponer ejercicios que los hagan pensar, y así evitar los ejercicios «de memoria».

– Por último debemos transmitirle a los chicos, que el arquero es un jugador más del equipo, por lo tanto, es prioritario que pase tiempo con los demás integrantes del mismo. La realidad es que nuestro trabajo está orientado a que el arquero sea bueno dentro de un partido, y no solamente con nosotros. Desde pequeño debe saber que será el entrenador dentro de la cancha, ordenando a sus compañeros y contrayendo obligaciones tácticas. Para ello debemos evitar que se aísle y que solamente se relacione con otros arqueros.

Metodología de entrenamiento.

Etapa 1

Técnicas iniciales y habilidades motoras básicas.

En la primera etapa, insistiremos fundamentalmente sobre el pase y sobre las recepciones sobre su eje corporal, sin desplazamientos.

Iniciaremos entonces con ejercicios sencillos que involucren la recepción media,  la baja y la alta, combinadas con pases con pierna hábil e inhábil.

Pondremos énfasis en la colocación de las manos, la posición de inicio para atajar, el descenso de una y otra rodilla para la recepción baja, etc.

En esta etapa es común que los chicos no mantengan la postura y se vayan hacia atrás, por instinto de conservación, por lo que debemos insistir todo el tiempo en que los hombros vayan hacia adelante.

Con respecto al agarre del balón y la toma en W, podemos intentar primero con pelotas más chicas y de ser posibles con guantes cocidos que mantengan el correcto posicionamiento de las manos.

Es importante trabajar lo coordinativo y la multilateralidad, pero solamente con el balón para que comience a reconocerlo como propio, manejándolo con una y otra mano y con uno y otro pie.

Etapa 2

Recepciones y blocajes fuera del esquema corporal, habilidades motoras específicas.

En esta etapa en la que el chico ya controla las recepciones al cuerpo, estimularemos que maneje el espacio que lo rodea, trabajando sobre las nociones izquierda-derecha, atrás-adelante.

Aquí es cuando entran en juego los desplazamientos laterales, frontales y de retroceso.

Es notable como los chicos automatizan rápido conceptos tan dificultosos para los mayores, como el de atacar el balón, la balanza, el blocaje con caída frontal y lateral, los desplazamientos laterales sin cruzar las piernas, o los retrocesos perfilados.

Desde este momento hasta que sean adultos, insistiremos entonces una y mil veces con estas técnicas, para lograr luego los más difícil, que es utilizarlas  en el momento correcto en una acción de juego.

Deberemos entonces alentar en esta etapa el intento por utilizar el gesto correcto aunque no sea efectivo aún, ya que aquí es más importante el intento por emplear la técnica que el ser efectivo.

Se incluirán también ejercicios con desplazamientos y con ligera dificultad, siempre diciendo donde va a ir el balón, mezclándolos con pases y algún juego reglado, donde se incluyen conductas motrices de oposición y cooperación.

Lo coordinativo ya se puede comenzar a utilizar previamente a un gesto técnico, en forma diagonal, frontal, de costado o en retroceso. Todos y cada uno de estos gestos, de ahora en más, seguirán los parámetros de la carrera, levantando rodillas, utilizando los brazos adecuadamente y con todos los apoyos en dirección a la carrera.

Etapa 3

Capacidades coordinativas, sistemas de juego básico.

En esta etapa comenzaremos a interiorizarlos en el juego en sí, con los sistemas de juego básicos, explicando su papel dentro de la cancha y las primeras obligaciones que debe cumplir. Comienza el estadío en donde debe empezar a pensar y a tomar decisiones correctas, buscando siempre la mejor resolución ante cada situación que se le presente. De ahora en adelante, no podemos permitirnos consignas en donde el niño no piense, evitando proponerle ejercicios que realice por automatismo solamente e incentivando todo el tiempo en que resuelva por el mismo, valiéndose de su acerbo motor e intelectual.

Es fundamental la corrección en esta etapa, ya que es muy probable que el chico se incline por ser efectivo antes de resolver con la técnica correcta. Estará en nosotros entonces, ayudarlo a que internalice la técnica, transmitiéndole que un buen empleo del gesto técnico correcto, proporciona muchas facilidades y economía de los movimientos.

En esta etapa es donde desplegaremos los múltiples trabajos con los que contamos los entrenadores, trabajando sobre las capacidades coordinativas (cambio, orientación, diferenciación, reacción, ritmo, acoplamiento, equilibrio) cambiando de ejercicios una y otra vez para potenciar al máximo las cualidades del niño. No podemos dejar pasar esta etapa, ya que nos encontraremos con chicos que crecerán de golpe y es de vital importancia insistir sobre lo coordinativo, para automatizar gestos finos y armoniosos.

Etapa 4

Empleo de Capacidades condicionales, sistemas de juego complejos.

En esta parte, donde el niño ya domina su esquema corporal, las distintas técnicas,  desplazamientos, y entiende que es lo correcto para cada acción, comenzaremos a trabajar sobre la fuerza, la resistencia general, la flexibilidad y la velocidad.

 Las capacidades condicionales pueden  trabajar en conjunto con las demás etapas, pero para esto hay que tener en cuenta un concepto fundamental.

Si el niño no incorpora las técnicas antes de ejecutar trabajos de velocidad por ejemplo, o de resistencia, el mismo ejercicio lo llevará a resolver de manera inadecuada, preocupándose más por hacerlo rápido que en hacerlo bien.

Por otra parte, generalmente los ejercicios de velocidad, tienen parámetros preestablecidos donde el chico sabrá dónde va el balón y solo se preocupará por llegar los más rápido posible a él, y para esto tendremos tiempo más adelante, cuando el niño crezca.

Eso no significa que no podamos trabajar conjuntamente las capacidades coordinativas con las condicionales, pero las consignas siempre deben ser claras, cuando se trabaja la técnica, solo importa el gesto técnico.

 Seguramente cuando estemos en esta 4 etapa, el chico estará por pasar a novena división, por lo que deberá estar empapado en otros sistemas de juego, ya que habrá tenido por los menos 2 o 3 entrenadores. Deberá saber de coberturas, relevos, de la idea del entrenador, de lo que propone su equipo, de lo que significa la presión, la conservación del balón, etc.

Para ello, es vital nuestra intervención, no solo a nivel entrenamiento sino a nivel formativo, incentivándolos a ver fútbol, a que tenga voz de mando, a que participe en las actividades del grupo, a que no se pierda una charla técnica y a brindarle conceptos no solo referidos al arquero, sino al juego en general.

Por último, es fundamental tener paciencia. Los chicos se equivocarán una y otra vez, llevándonos a pensar que no progresan, pero no es así. Los tiempos de los niños no podemos manejarlos, son ellos los que se encargarán de su crecimiento como arqueros, nosotros serviremos entonces de andamiaje y apuntalamiento para su desarroll Ignacio Presedo


Ignacio Presedo

Entrenador de arqueros del Club Atlético Boca Juniors categorías infantiles y juveniles
Profesor Nacional de Educación Física

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