GATTI

«EL LOCO»

Hugo Orlando «El Loco» Gatti nació un 19 de agosto de 1944 en Carlos Tejedor, Provincia de Buenos Aires (Argentina). Era el menor de 4 hermanos. Debutó en Atlanta a los 18 años y se retiró a los 44.

Un error del «Loco» Gatti frente al Deportivo Armenio que le costó el gol y el partido a Boca hizo que el director técnico José Omar Pastoriza le diera la titularidad al «Mono» Navarro Montoya.

Ese fue su último partido. Igualmente en 1998 se le hizo un homenaje, en el cual Gatti atajó para el primer equipo de Boca en los festejos por la obtención del Torneo apertura 1998.

Fue un admirador fervoroso de Amadeo Carrizo. Además de Boca, jugó en River Plate, Gimnasia y Esgrima de La Plata y Unión de Santa Fe. También participó del Mundial de Inglaterra 1966 como arquero suplente de la Selección Argentina.

En la Selección Nacional jugó un total de 18 partidos, la mayoría durante gran parte del proceso previo al Mundial de Argentina 1978, pero finalmente renunció a integrar el plantel mundialista porque no quería ser suplente de Ubaldo Matildo Fillol.

Integrando el plantel del Club Atlético Boca Júniors, logró los siguientes títulos: en 1976 y en 1981, el Campeonato Metropolitano; en 1976, el Campeonato Nacional; en 1977 y 1978, la Copa Libertadores de América; y La Copa Intercontinental en 1978.

Fue un arquero que se destacó por su originalidad en el puesto. Un personaje por su pelo largo, su vincha, sus piernas flacas, las medias bajas y su desparpajo para atajar. Era excéntrico y verborrágico. Solía decir que era el mejor en su puesto. En las prácticas muchas veces jugaba de delantero. Acostumbraba a salir a cortar el juego fuera del área, jugar con los pies y hasta llegó a ejecutar saques de banda.

Era un arquero muy intuitivo puesto que casi siempre se anticipaba a la jugada del rival. Fue el inventor de una maniobra denominada «El achique de Dios». Cuando un jugador se encontraba mano a mano con él, sin inmutarse se arrodillaba, miraba hacia adelante y ponía los brazos pegados al cuerpo con el fin de tapar el remate. Por lo general el jugador contrario se desconcertaba y terminaba por «entregarle» el balón.

Fue un ídolo y un referente para muchos arqueros. Se le otorgaron las siguientes distinciones: mayor cantidad de partidos atajados en Primera División (765) y mayor cantidad de penales atajados en Primera División (26 al igual que Fillol).

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