Carlos Mario Goyén fue uno de los mejores arqueros uruguayos de la historia.
Jugó en Independiente (desde 1981 hasta 1986, 193 partidos), club en el cual conquistó la Copa Libertadores de América en 1984. También ganó la Copa Intercontinental ese mismo año cuando Independiente derrotó al Liverpool 1 a 0 con gol de Percudani. Ese equipo reunía todo lo que el hincha del “rojo” solía pedir: técnica, garra, personalidad, gol, potencia y habilidad.
También atajó en Argentinos Juniors (desde 1987 hasta 1992, 183 partidos) y en Atlético Rafaela (98 partidos), club en el cual se retiró. Además fue arquero de la Selección Uruguaya. Empezó jugando al Básquet y luego se dedicó al fútbol. Fue un arquero que logró un gran prestigio y reconocimiento internacional. Era poseedor de una gran capacidad para descolgar centros.
Atajó 21 penales en el fútbol argentino, marca que lo deposita por detrás de Fillol y Gatti con 26 penales atajados. Goyén solía mirar a los pateadores tratando de intuir a donde iba a ir el remate. Considera que el hecho de atajar penales no es una mera cuestión de suerte y que hay factores psicológicos que son decisivos a la hora de patear y atajar un penal.
Como anécdota es preciso mencionar que Goyén jugando para Argentinos Juniors participó de la definición por penales más larga del fútbol argentino. En la temporada 88/89 del Campeonato de 1ra División se usó la definición por penales como sistema de desempate y Argentinos Juniors le ganó a Racing Club 20 a 19 después de casi 50 minutos de patear penales (44 penales en total, con un 88.63% de eficacia).
En la actualidad Carlos Goyén sigue ligado al fútbol, puesto que tiene una relación comercial con una empresa que vende indumentaria deportiva a instituciones nacionales e internacionales de primer nivel, y que es proveedora de guantes a muchos arqueros de las Ligas más importantes de América y Europa.