Frente a las prácticas anteriores, serán ahora dos compañeros en lugar de uno los que se enfrenten al portero, dificultándose así sensiblemente el ejercicio. De este modo, ambos han de lanzarle al portero con la mano balones aéreos para que éste intente siempre blocarlos.
En esta ocasión, el portero recibe centros desde ambos lados, enviados al raso y altos. Éstos pueden dirigirse tanto al primer palo como al segundo y unos serán abiertos mientras que otros, cerrados. Como en el resto de los ejercicios, el portero ha de procurar blocar siempre.
A los centros enviados desde ambos lados, el portero ha de realizar despejes de puños con el acoso de un delantero. Este ejercicio podemos ponerlo en práctica también por el centro.
Repetiremos ahora la práctica con un planteamiento muy similar pero añadiendo dificultades al portero que ahora se enfrentará al acoso no de un solo delantero sino de dos o tres. De este modo, la práctica simulará las futuras condiciones de juego en las que no es habitual que los impedimentos se presenten de uno en uno.
Para mejorar el ejercicio situamos una portería en el lateral del área pequeña. El guardameta debe responder continuamente a los centros de su compañero y, al mismo tiempo, evitar que el balón se introduzca en la portería lateral. Así se completa su defensa del espacio de juego.