Desde Tarragona, Sebastián Saja cuenta que consume más partidos que nunca, que va seguido al Camp Nou y que vive un debate interno entre el jugador y el Director Técnico.
Los casi 100 Kilómetros que maneja entre Tarragona y Barcelona lo convierten en un don nadie. Saja, el ídolo de Racing y refuerzo estrella del Gimnástic, se transforma en Sebastián, a secas, cuando llega al Camp Nou para ver al conjunto catalán. Tranquilamente podría ser su permitido, su licencia en España después de su gran paso por racing. Pero es un trabajo, lo disfruta y comienza a recorrer su etapa final de estudios antes de consagrarse como técnico. “Llego una hora y media antes a la platea, y me preparo para ver 90 minutos de buen fútbol. Me gusta ver la entrada en calor y comprarme una gaseosa en el puestito. Soy uno más y lo extrañaba. En Argentina tenía que llegar sobre la hora e ir a un palco”, expresó
El arquero tiene contrato hasta junio con su nuevo equipo y aún no decidió su futuro. Lo que sí sabe es que será entrenador a corto o mediano plazo y aunque todavía esté en actividad, ya lo seduce tanto o más hablar desde afuera del campo de juego.
-¿Qué te sorprendió de ver al Barcelona en vivo en vez de por TV?
-Uno sabe la técnica y el control que tienen sus jugadores, pero en vivo eso se potencia, lo podés percibir mucho más. Lo que más me sorprendió es el posicionamiento del equipo, cómo se mueven los defensores cuando el Barsa ataca, los retrocesos. Atacan mucho y se los ve defender poco por la tele, pero en vivo me gusta ver defender al Barcelona.
-Todos se quedan con sus goles a favor, pero es el equipo que suele tener la menor cantidad en contra de la liga…
-Sí, y es el equipo que con más espacio defiende, que es lo más difícil. Pude ver Barsa-Atlético y ahí vi las dos versiones: un equipo que se defiende con mucha gente, que no da ninguna pelota por perdida y que tiene clarísimo a lo que juega, como el Atlético. Y otro que te ataca todo el tiempo, te toca la pelota y defiende con espacios como el Barcelona. No me quedo con uno, sino con los dos: son fantásticos porque saben lo que hacen. Eso es un gran equipo, saber a lo que uno juega y hacerlo bien…
-¿Con Messi te encontraste?
-No, por ahora sólo fui a la cancha a ver fútbol. Pero me encantaría ir a prácticas de diferentes equipos. Estoy esperando que venga Mateo -su hijo- porque si no me lo va a reclamar. Es fanático de Neymar y está contando los días para venir a ver fútbol.
-¿Cómo es un día tuyo en Tarragona? ¿Entrenamiento y algo de playa?
-Entrenamos por la mañana, me tengo que cocinar porque todavía no está mi familia, me duermo una siesta y, por sobre todo, miro fútbol como nunca. Estoy teniendo una sobredosis de fútbol. Ahora dispongo de mucho tiempo y me coincide para enganchar todo de Europa y casi todo de Argentina, según el horario. Hay veces que hasta veo dos partidos a la vez, me miro uno por la tele y otro por la tablet.
-Ya vivís como técnico…
-Vengo tironeando con el jugador y el técnico, están en las dos puntas de la soga empujando para ver qué lado gana y dónde. Tengo muy claro que estoy jugando, pero todo el tiempo libre lo consumo en el día de mañana…
-¿Elegiste Europa también para estar empapado ya como DT?
-Es una del las razones. Yo había estado en la Segunda hace 12 años (en el Rayo Vallecano y el Córdoba) y me volvió a sorprender lo preparados que son los entrenadores en España. Vivir acá el día a día te ayuda a crecer. Los argentinos jóvenes a los que les va bien en Europa se formaron acá: El Cholo, Pellegrino, Pochettino.
-¿Te sorprendió que un club argentino te haya ofrecido ser arquero un año y luego técnico?
-Me sorprendió porque no era un club donde yo había estado cinco años (habría sido Temperley), ahí podría ser más lógico. Ya es bueno que alguien te tenga en cuenta porque sé que no es una carrera sencilla de comenzar. No quiero quemar etapas. Primero tengo que matar al jugador para ser técnico. El hacer dos cosas a la vez te lleva a que alguna no salga bien. Cuando muera el jugador largaré mi nueva carrera.
-¿En junio te bajan la bandera a cuadros?
-Hasta ahí llega mi contrato, después dependerá de cómo uno se sienta, el nivel. Juego en la Segunda, pero no sabía que está considerada la sexta mejor liga del mundo, por encima de muchas primeras divisiones, es muy competitivo y hay que estar bien.
-¿Dónde te gustaría arrancar?
-En Argentina, primero Argentina. El que está preparado para dirigir ahí está armado para cualquier liga del mundo. Este paso en mi carrera también lo di sabiendo que me gustaría arrancar en Argentina. Sé que no es fácil empezar, que elijan a un técnico debutante. Pero hoy es el fútbol que más conozco.
-¿Cuando ves los partidos marcás cosas?
-Trato de anotar todo, guardarlo en papeles, a veces en la memoria. Pero más importante que lo que uno ve, es lo que uno va viviendo. Analizo las situaciones que se presentan en un equipo y como las resuelve el técnico.
-Zielinski solucionó todo con un mensaje simple y claro. ¿Qué pensás?
-Es que la mayoría de los jugadores no estamos preparados para recibir cinco o seis instrucciones a la vez. El inteligente termina haciendo una carrera por encima de sus posibilidades y hay otros que sólo se basan en su materia prima, su habilidad, y su carrera queda por debajo de lo que podían. Cuando a un jugador lo llenás de información, de conceptos, de responsabilidades, esa sumatoria lo sobrecarga y perjudica. A veces algo simple sirve, que el jugador entienda lo que tiene que hacer y nada más.
-Seguramente, por ser arquero vas a querer una defensa ordenada y un equipo con equilibrio…
-Me gustaría que tenga el arco menos vencido, pero el fútbol se trata de defender y de atacar, las dos cosas hay que hacerlas bien. Los equipos que son fuertes en defensa me transmiten más seguridad. Está claro que uno siempre va a estar más cerca de ganar cuando no recibe goles que cuando hace muchos. Hacer goles no te garantiza ganar.
-Imagino que pensás en Racing en un futuro como entrenador…
-Yo sé que me fui con el sentimiento de que creo que voy a volver, no sé ni cuándo ni cómo. Pero es algo que siempre he dejado en claro: si me toca volver me lo tendré que ganar por lo que haga y no por lo que hice. No voy a tener credenciales por lo que fui como arquero.
Fuente: www.ole.com.ar