Nació en Sarandi el 27 de febrero de 1942. Desde chico “Pepe” Santoro soñaba con atajar en Independiente (era un apasionado hincha del club). Se fue a probar junto a unos amigos de su barrio y quedó para jugar en la Novena División.
Debutó en 1962 y tardó apenas un año en obtener su primer título.
Fue un arquero sólido, de gran porte, que transmitió siempre una gran seguridad. Se hacía dueño del área. Era sobrio, de buena colocación y extraordinaria seguridad de manos.
Llegó a ser un símbolo del Independiente que acuñó el nombre de “Rey de Copas”. Disputó alrededor de 400 partidos en el club, ganó cuatro títulos nacionales (1963-67-70-71), cuatro Copas Libertadores (1964-65-72-73), una Copa Intercontinental (1973) y una Interamericana (1972). “La década de los ’60 representó para mi querido Independiente el comienzo de sus años de mayor esplendor. Fuimos los primeros campeones argentinos, y además invictos, de la Copa Libertadores de América, y por eso ganamos el apoyo de todos los hinchas del país”. Ningún equipo del Mundo llegó a cosechar tantos títulos y en tan poco tiempo.
En 1973 fue trasferido al Hércules de España. También fue arquero suplente en el Mundial de Alemania 1974. La anécdota cuenta que luego de la catastrófica caída contra Holanda por 4 a 0, el seleccionado argentino debió enfrentar a Brasil, para lo cual en entrenador Cap, quiso que Santoro atajara en lugar de Carnevali, pero Santoro se negó aduciendo falta de competencia. Finalmente atajó Fillol.
Luego de su retiro del fútbol se dedicó al club de sus amores que tantas glorias y alegrías le trajo. Se desempeñó como director general del fútbol amateur, asesor de la presidencia de la entidad, técnico de las divisiones inferiores, entrenador de arqueros y director técnico.