Destreza, categoría y personalidad Catalogado por muchos como un «gran atajador de penales»,
Goyco demostró a lo largo de su carrera enormes condiciones en el arco. Su padre, como entrenador del equipo del pueblo, lo hizo debutar a los 15 años en el Lima Fútbol Club. A principios de los 80 llegó la Selección Argentina juvenil, con la cual obtuvo el título mundial, y su pase a Ríver Píate.
Vivió siete años de competencia con Pumpido, superó una difícil lesión, vivió una corta experiencia en Colombia y, en 1990, llegó su gran año. La descollante actuación en el Mundial de Italia 90 lo convirtió en héroe nacional. En él se inspiraron muchos niños argentinos para elegir ser arqueros. Ese hito le dejó un lugar destacado en la galería de los grandes.